Un dolor guardado en lo mas
profundo del alma. Hacer como que nada ha pasado. Simplemente para no
quebrantar el orden que una sociedad ha establecido. Una frase “debe”
justificar todo. Su persona sirve como pretexto para cualquier roce.
“Siempre ver el dolor de las personas a las que más quieres fue mucho peor que cualquier tipo de tortura propia.”
Ver sufrimiento ajeno en unos
ojos que se esfuerzan en ocultar lo que un corazón nunca ha sido capaz de
borrar. Ojerosos de día, cristalinos de noche.
Un sufrimiento que se ha
alimentado de tu alma, del rencor, que ha tratado de salir y que ha tenido que
arañarte las entrañas sin descanso hasta salir a la luz.
Sentirte culpable por dejarlo
escapar. Bestia que creíste fruto del amor, de eso que te debían y nunca se
molestaron en darte.
Tú, en cambio, nunca has necesitado
tenerlo para darlo. Darlo todo sin pedir nada, cuando mereces mas que nadie en
este mundo.
Rabia e impotencia que nunca
solucionará nada. Un odio más profundo incluso que el mar que un día
alimentaste de lágrimas.
Un pasado incapaz de borrar, pero sí de superar, de
afrontar. Hora de demostrar que vales mas que eso, mucho mas que ellos.